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Lámparas de techo, de pie, de mesa. colgantes, de pared y para la mesita de luz. De vapor de sodio, halógenas o las modernas LED. Hay de todos los tipos, formas y tamaños, y escoger la ideal puede ser desafiante.
Cuando hablamos de lámparas nos estamos refiriendo a un dispositivo que transforma la energía eléctrica, o algún tipo de combustible, en luz. De esto se desprende que su función principal es iluminar una habitación, un patio o una fachada.
Sin embargo, las lámparas son mucho más que esto. En la mayoría de los casos, el valor estético que poseen supera, al menos en importancia, a su función de iluminadoras de la casa y el mundo.
Si estás leyendo esto, seguramente quieras adquirir una nueva para tu casa o tu oficina y no sabes por dónde empezar a buscar. Tranquilo, la oferta de lámparas es tan amplia que casi todos los compradores se encuentran en tu lugar, al principio.
Por eso, empezaremos por lo primero: ¿qué tipos de lámparas existen, cómo funciona cada una y cuál es la mejor para ti?
Tipos de lámparas ¿cómo funcionan?
- Lámparas incandescentes
Durante los últimos años nos hemos acostumbrado, a nivel mundial, a las clásicas bombillas incandescentes. Estas poseen una vida media baja y su rendimiento energético es el peor del mercado, pero son sumamente baratas.
Producen luz merced de un fenómeno llamado efecto Joule, en el que un filamento metálico de metal se calienta gracias a la corriente eléctrica hasta el punto denominado rojo blanco. Esto permite la emisión de luz.
El bajo rendimiento energético de estas lámparas se debe a que la gran cantidad de energía eléctrica que reciben es transformada en calor, y solo una parte minoritaria en luz. Esto implica, por lo demás, que levanten gran temperatura, lo que constituye otra desventaja para este tipo de lámparas.
- Lámparas halógenas
Las lámparas halógenas son el desarrollo de las bombillas incandescentes. Son llamadas de esta manera porque el mencionado filamento de tungsteno está rodeado de un gas inerte junto con un halógeno (principalmente yodo).
Estas poseen un rendimiento energético superior gracias a la acción de los gases y el yodo, y su vida útil duplica y hasta cuadriplica a la de las incandescentes. De todos modos, alcanzan una gran temperatura y no son recomendables para funcionar como lámparas de salón o de mesa.
- Lámparas de vapor de sodio
Cuando se trata de eficiencia, es imposible soslayar a las lámparas de vapor de sodio. Dos electrodos utilizan la corriente eléctrica para encender el gas que le da nombre a la lámpara, que se encuentra entre las de mayor rendimiento energético del mercado.
Las desventajas de esta efectiva lámpara son principalmente dos. Por un lado, su tiempo de encendido es largo, entre 3 y 7 minutos, lo que la vuelve inconveniente para ciertas situaciones. Por el otro, levanta temperaturas muy altas.
- Lámparas fluorescentes
Las lámparas fluorescentes son muy comunes. Son utilizadas como lámparas infantiles, de pie o colgantes, debido a su alta capacidad de iluminación y su llamativo aspecto, en forma de tubo. También son muy utilizadas en el ámbito industrial.
El efecto lumínico se logra de manera parecida al de las lámparas incandescentes y halógenas. La diferencia yace en cierta cantidad de vapor de mercurio añadida a la mezcla de gases inertes y halógenos, lo que le otorga la fluorescencia característica de estas.
Aunque ofrecen un alto rendimiento energético, las lámparas fluorescentes no son precisamente ecológicas. Esto se debe a la contaminación generada por el vapor de mercurio. Funcionan, de todas formas, como excelentes de pared y de emergencia.
- Lámparas LED
Los diodos emisores de luz, o LED por sus siglas en inglés, son por lejos la opción más económica, sustentable y eficiente del mercado. Son el último hito tecnológico en materia de iluminación, y sus ventajas son numerosas y contundentes.
Las llamadas lámparas LED están compuestas por más de un chip emisor de luz, que constituye el diodo propiamente dicho. Está construido con un material semiconductor que tiene la capacidad de transformar la energía eléctrica en luz, y viceversa. La primera de estas funciones es la relevante en materia de iluminación.
Las lámparas LED son muy beneficiosas en términos de rendimiento energético; gastan hasta 6 veces menos que las incandescentes, produciendo la misma cantidad de luz. Aunque sean un poco más caras que las demás opciones del mercado, esta diferencia se supera con creces gracias a su vida útil, de hasta 100000 horas.
Por último, las LED pueden emitir luces de diversos colores sin depender del material difusor, lo que las vuelve asimismo óptimas para más de un ambiente. Las LED son ideales para funcionar como lámparas de salón, de pie, de pared, de techo y colgantes.
A continuación veremos en profundidad qué funciones pueden asumir las lámparas LED, y de qué se trata cada una. De esta manera podrás tomar una decisión bien fundamentada a la hora de comprar la que necesitas.
Lámparas LED: posibles usos y funciones
Las polifacéticas LED sirven para cualquier propósito que se te ocurra. Sus usos más frecuentes son los domésticos, aunque también son ampliamente utilizadas para iluminar calles, carreteras, edificios y demás.
El secreto detrás de la popularidad de las lámparas LED es su gran eficiencia energética, como ya hemos dicho. Por eso, comprar una lámpara de techo LED, por ejemplo, será mucho más ventajoso que comprar una incandescente.
Puedes usar LEDs más elegantes para que sean tu lámpara de salón favorita. Pueden cumplir esta función las lámparas de pared, de pie y de techo que encontrarás en nuestro catálogo.
Las lámparas LED también son la mejor opción para utilizar en la habitación, ya que hacen unas increíbles lámparas de mesa. Las colgantes también son una gran opción, muy placentera estéticamente, para el cuarto o la sala de estar.
Cómo escoger la mejor lámpara
Entre las lámparas, como en todos los aspectos de la vida, no se puede señalar objetivamente la mejor. Cuál es la mejor, o la más indicada, va en gustos y necesidades, y depende además del bolsillo y las urgencias de cada comprador.
Por eso, a la hora de escoger una lámpara tienes que tener en cuenta, principalmente, tres cosas. Primero, qué función cumplirá la que estás buscando comprar. No será lo mismo comprar una lámpara de salón, para la oficina o para el cuarto de los niños.
Segundo, dónde colocarás la lámpara en cuestión. Las opciones varían entre lámparas de pie, de techo, de mesa, de pared y mucho más. Esta elección, por supuesto, está fuertemente ligada al ambiente y la función que le espera.
Por último, es importante que tengas en cuenta cuánto dinero estás dispuesto a gastar. Hay lámparas económicas, otras más elegantes, y de lujo, que realzan cualquier habitación en la que se encuentren.